En la era digital las formas de relacionarse y comunicarse han evolucionado, y entre las nuevas prácticas apareció el sexting. El término se refiere al intercambio de mensajes, fotos o videos explícitos de contenido sexual, que generalmente se envían a través de dispositivos digitales. ¿Hay banderas rojas? Sí. ¿Hay beneficios al hacerlo con precaución? También.

Un estudio reciente realizado por el Observatorio de Derecho Informático Argentino y Minka reveló que ocho de cada 10 adultos sextean.  La encuesta se realizó a casi 500 personas de hasta 40 años.

Su utilización es controvertida aunque muy común en las relaciones modernas, sobre todo luego de la pandemia. Así fue como, por ejemplo, Belén empezó a probar esta práctica con personas que conocía a través de redes sociales.

“Lo tomé como un juego. En mi caso no envié fotos, solo eran textos detallados en los que imaginaba qué podría hacer en una situación sensual con alguno de los chicos con los que me escribía”, recordó la joven de 27 años. “Mantuvo mi mente ocupada y me ayudó a vivir de otra manera mi sexualidad, pero cuando el encierro pasó y concreté algunas de esas citas, la realidad no superó a la ficción”, sostuvo entre risas.

El caso de Marcos es diferente. Lleva una relación de cinco años que hace 18 meses es a distancia. “Mi novia consiguió trabajo en otra provincia y aunque planee unirme cuando termine mi carrera, el sexteo nos ayuda a no perder la conexión”, contó. Entre ellos sí hay fotos, hay video llamadas subidas de tono y mucho cuidado mutuo. “Tratamos de que las imágenes sólo se puedan ver una vez y borramos todo lo que sea necesario borrar después de estos acercamientos”, indicó. Su miedo no es a que el otro divulgue lo enviado, sino a perder sus celulares o ser hackeados, dos aristas que deben tener en cuenta quienes se adentran en esta práctica.

Una herramienta

“En una sociedad que se despersonaliza  cada vez más y donde cuesta más el contacto afectuoso, tierno o erótico, esta es una excelente herramienta para quienes tienen dificultades para expresar sus deseos o fantasías de manera verbal o física”, reflexionó al respecto la médica sexóloga Amelia Del Sueldo Padilla.

PORCENTAJE. Ocho de cada 10 personas practican sexting.

“¿Qué tenés puesto?”, “¿qué querés que me ponga?”, “¿tenés alguna fantasías?”, “¿qué te gustaría que te haga?”, son algunas de las preguntas con las que se puede hacer que el sexteo se encienda rápidamente.

“Es algo aconsejable incluso en las parejas de mucho tiempo, en las que se busca que siempre haya un lugar de intimidad, de juego, de complicidad, factores que muy bien se pueden lograr a través del sexting”, destacó la médica.

Sextear no es nuevo según remarcó la profesional de la salud,  ya que detalló que todo comenzó hace algunas décadas aunque solo por mensajes de texto que se enviaban entre adultos. “Con el correr de los años, la modernización de los equipos y la democratización de los mismos, esto se popularizó en todas las edades”, advirtió.

Cómo el otro me ve

Para buscar una cercanía emocional como Marcos, explorar su sexualidad como Belén o simplemente por el hecho de sentir placer al dejar al descubierto su intimidad, son múltiples las razones por los que el sexteo es cada vez más popular. No obstante, para la licenciada en psicología Lourdes García Posse, aquí también aparece la mirada del otro por medio de las redes sociales.

“Post pandemia los entornos digitales tomaron más importancia y tuvieron un crecimiento exponencial, por lo que empezaron a ser más difusas las líneas divisorias entre lo privado y lo público”, analizó y continuó: “mientras que por otro lado en el sexting también interviene la importancia de la imagen como si fuera una muestra de lo que es uno y esta impronta está muy asociada a redes sociales como Instagram, en donde las generaciones de adultos de hoy en día pasan más tiempo”.

Con estas cartas sobre la mesa, la psicóloga comentó que en un contexto de una pareja estable donde la comunicación se maneja con códigos saludables de intercambio, esta práctica puede ser aportar al erotismo y al vínculo amoroso.

Y en ese sentido, la licenciada sumó dos palabras claves: deseo y consenso. Este último debe ser continuo y claramente expresado.  “Aunque seamos adultos es importante que en nuestra sociedad y cultura se remarquen estos puntos para que se puedan tomar todos los recaudos pertinentes y no caer en extorsiones y ciberdelito luego”, cerró.

Cómo cuidarse

Para que el sexteo y el disfrute vayan de la mano, expertos en ciberdelito como Yolanda Álvarez, titular de la División de Delitos Telemáticos, dejó algunos tips para cuidar la privacidad sin reprimir fantasías.

“Las imágenes o mensajes íntimos pueden ser compartidos sin consentimiento, lo que genera vulneraciones a la privacidad. Asimismo existe la posibilidad de que dispositivos o cuentas sean hackeados y se exponga el material privado, por lo que es recomendable protegerse con contraseñas seguras, autenticación en dos pasos y evitar guardar material íntimo en la nube”, puntualizó la comisaria.

“También hay que tener en cuenta que el material puede ser usado para manipular a la víctima. Las personas deben estar alertas a señales de comportamiento coercitivo o manipulación”, observó en referencia  a la “porno venganza”.

¿Cuáles son las mejores prácticas para garantizar que las fotos íntimas enviadas durante el sexting no caigan en manos equivocadas? “En primer lugar evitar incluir el rostro, tatuajes u otros elementos identificativos. Además es recomendable usar aplicaciones de mensajería que ofrezcan cifrado de extremo a extremo y autodestrucción de mensajes (Telegram). Siempre proteger archivos sensibles con sistemas de encriptación en caso de que el dispositivo sea extraviado o hackeado”, finalizó.

¿Qué sabés acerca del sexting?